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martes, 19 de noviembre de 2013

LA COMUNIDAD ORGANIZADA Y LA SEGURIDAD SOCIAL




1. La Comunidad Organizada:

Dentro del ideario político del peronismo, el concepto, o mejor dicho, la concepción de “Comunidad Organizada” es la principal. Sobre esta concepción, se construye el  modelo social, político y cultural al que aspira el peronismo como movimiento político.

La comunidad organizada se construye en forma ascendente. Es decir, es el pueblo mismo el que debe organizarse por voluntad propia para cumplir su misión común. En esa tarea sustancial, el gobierno es el instrumento administrativo, jurídico y político que debe fortalecer, a través de su acción, a las organizaciones libres que surgen desde el pueblo en el marco de un Estado descentralizado. Si el pueblo se organiza, adquiere poder y se transforma en el actor privilegiado del cambio histórico. 

El fundamento de esta concepción, se asienta sobre la dignidad eminente que tiene la persona humana como miembro de ese “nosotros” o ente colectivo, que es la comunidad organizada.

El mismo Perón en el discurso de apertura del Congreso Internacional de Filosofía de 1949 en Mendoza dijo: “Aristóteles nos dice: El hombre es un ser ordenado para la convivencia social; el bien supremo no se realiza, por consiguiente, en la vida individual humana, sino en el organismo superindividual del Estado; la ética culmina en la política.”.[1]

La concepción tanto de la persona humana, como de su dignidad, son tomados por Juan Domingo Perón, de la tradición jurídica y política grecolatina sintetizada en el ideal romano de la “humanitas”.

La “humanitas” para la concepción romana “… significa por una parte, el sentido de la dignidad de la personalidad propia, peculiarísima y que se debe cultivar y desarrollar hasta el máximo. Por otra, significa el reconocimiento de la personalidad de los demás y de su derecho a cultivarla, y este reconocimiento implica transigencia, dominio de sí, simpatía y consideración.”[2].

Esta elevada concepción de la jerarquía de la persona humana heredada de griegos y romanos, a su vez fue enriquecida por el aporte del cristianismo. La importancia que para el cristianismo reviste la persona humana, últimamente,  fue plasmada en la enseñanza social de la Iglesia: “El principio fundamental de esta concepción consiste en que cada uno de los seres humanos es y debe ser el fundamento, el fin y el sujeto de todas las instituciones en las que se expresa y actúa la vida social: cada uno de los seres humanos visto en lo que es y en lo que debe ser según su naturaleza intrínsecamente social y en el plan providencial de su elevación al orden sobre natural.”[3] 

 En consecuencia, sobre la dignidad de la persona humana, y su naturaleza eminentemente social, es decir la persona como perteneciente a un “todo” de manera esencial, es que se edifica la comunidad organizada. Su objetivo, es que cada persona se realice de manera integral y plena como miembro activo de una comunidad que también se realiza y plenifica, con el aporte de cada uno de sus miembros. Ese esfuerzo común y mancomunado de todos, realiza el destino de la comunidad organizada. En tanto esta se realiza y plenifica, ello produce la realización y plenificación de cada uno de sus integrantes.

La construcción de la “comunidad organizada” implica el restablecimiento del sentido de la vida en común (el paso del yo al nosotros) y de las verdades últimas de un hombre vertical en un mundo en el que dominan el desarrollo científico-tecnológico, el individualismo y el consumismo exacerbado, aunque este último paradójicamente, sólo para unos pocos.

El mismo Perón dice: “Lo que nuestra filosofía intenta restablecer al emplear el término armonía es, cabalmente, el sentido de plenitud de la existencia. Al principio hegeliano de realización del yo en el nosotros, apuntamos la necesidad de que ese “nosotros” se realice y perfecciones por el yo.”[4] .

Una cuestión importante a destacar, es que esta comunidad organizada a la que aspiramos, está situada en un tiempo y en un espacio determinado. Al agregarse estas dos dimensiones, la comunidad organizada se transforma en la patria concebida como morada, como pertenecía, como devenir y destino colectivo. Devenir y destino colectivo cuyo desarrollo es función principal del estado, el cual se concibe como conciencia histórica y política de la patria.

La persona como miembro de una comunidad queda ligada a un paisaje, a un grupo humano, a un lenguaje y a una cultura histórica. La geografía que habita esta comunidad organizada, se transforma en geocultura –como para Kusch- espacio cargado de significación. Ámbito en donde se opera la relación con los otros y donde se juega el destino colectivo y que es para quienes lo habitan “el rincón más risueño de la tierra”, pues allí se sitúan las vivencias más íntimas y significativas del ser humano.[5]

La vivencia que se opera dentro de la comunidad de poseer un origen en común, una historia y un destino colectivo, brota de la coordenada temporal. De allí surge la noción de pueblo como conjunto fraternal, no gregario, construido sobre la noción cristiana de persona. El pueblo es el sujeto histórico y colectivo que realiza el destino común. Parafraseando a Marechal, la construcción de una comunidad organizada es “transformar una masa numeral, en un pueblo esencial”.[6]

Es importante volver a remarcar, que la concepción peronista de la comunidad organizada, toma sus contornos de la herencia cultural griega y romana. Esencialmente la noción de como a través de la acción política se ponen en contacto el mundo divino y el mundo humano. Noción que luego fue incorporada por el cristianismo.

En efecto, para Hesíodo, la comunidad política se funda en un acto de inspiración, es decir se traslada aquello que está en el orden divino de las Musas hacia al orden humano. El gobernante no puede entender el acto de conducción política, sino a través del principio de inspiración y no puede ordenar armoniosamente la comunidad, sino como un acto de interiorización que se traslada a la realidad política. De esa realización íntima procede el desarrollo de la comunidad humana y política tal como la entiende el griego: una comunidad como realidad nueva incorporada a la realidad cósmica. Realidad cósmica en donde interactúa lo visible y lo invisible. La comunidad política queda de esa forma inserta en una realidad mayor y sobrenatural.

Por su parte, en la religión romana interesa en primer lugar, la intervención activa del hombre en el cosmos. El hombre como creador de un espacio sacro -“templum”- en el que se ponen en contacto el mundo divino, invisible, misterioso, con el mundo  de nuestra experiencia, con la tierra, con el cosmos. El hombre posibilita ese vínculo en la medida en que realiza una acción sagrada.

Esa relación entre ambas esferas para el romano, se debe plasmar en el orden de la comunidad humana y política. Es el carácter activo del hombre a través de su acción, lo que le permite ser intermediario entre lo divino y lo humano, nexo entre ambas dimensiones. El rasgo característico de esta actividad sagrada para el romano lo da su condición de fundador, el denominado “homo conditor” según la célebre frase de Cicerón.

El carácter fundador se da principalmente en la fundación de la comunidad política, que es para el romano el verdadero ámbito donde se ponen en contacto lo divino, lo humano y lo cósmico. Ese vínculo con lo numinoso, con lo divino, para el romano debe expresarse en un orden social y político, tal como lo expresara para la inmortalidad Cicerón: “…porque en realidad no hay ninguna cosa en la cual la virtud humana se acerque más al numen de los dioses que el hecho, o de fundar ciudades nuevas o de conservar la ya fundadas.”[7].

Como puede observarse, la construcción de la comunidad organizada es una tarea de la máxima importancia y del máximo nivel, que corresponde a la alta política y que en cada época y en cada período histórico, debe enfrentar nuevos desafíos estratégicos y nuevos problemas que conspiran contra su identidad, unidad, dinamismo y cohesión interior.

Una vez aclarada la concepción de la comunidad organizada en todas sus dimensiones, sus fundamentos y antecedentes, a continuación, se expondrán los desafíos estratégicos que se presentan para la construcción y el mantenimiento de la comunidad organizada, desde la perspectiva de su necesaria cohesión social, materia propia de la seguridad social.

2. Desafíos que representa la construcción y mantenimiento de una comunidad organizada y vigorosa en la actualidad.

Partimos desde una concepción en la que la seguridad social forma parte de la estrategia de la defensa nacional. Asimismo, entendemos a la defensa nacional como una noción integral, de donde se concluye que dentro de la estrategia de defensa debe incluirse en forma inequívoca el bienestar del pueblo al cual se debe defender.

Un pueblo sin conciencia de su destino, fragmentado, con partes importantes de su población excluida socialmente y en la marginalidad, conspira contra una concepción integral de la defensa nacional, tal como el que desarrolla Perón en su discurso de inauguración de la cátedra de Defensa Nacional en la Universidad de La Plata en 1944.

Desde esta perspectiva señalada es que planteamos dos clases de desafíos a la estrategia de defensa nacional.

A.- La primera clase de desafíos son los que están relacionados con la  protección de recursos naturales, de las  materias primas, del agua y de la biodiversidad.

Con respecto a esta clase de desafíos simplemente los vamos a mencionar, en tanto y en cuanto existe una influencia aunque sea indirecta con la seguridad social. En efecto, es virtualmente imposible realizar una eficaz defensa de los recursos naturales estratégicos de la nación, sin una comunidad organizada, cohesionada, educada, integrada por miembros activos, bien formados y capacitados para hacer frente a los mismos.

Desde esta concepción, entonces, los Intereses Estratégicos de la Nación se definen en el marco de la protección y defensa del acceso, apropiación y control de los flujos de recursos energéticos en primer lugar (principalmente los recursos hidrocarburíferos)  y de recursos de subsistencia general en segundo lugar, como son el agua potable, la tierra cultivable y los minerales críticos.

En efecto, los conflictos entre las potencias en la actualidad, se definen por una creciente competencia por el acceso a las fuentes de energía, agua y otros recursos naturales de exportación, que configuran una nueva Geografía Estratégica en el siglo XXI. Adviértase al respecto, que gran parte de los conflictos existentes en los últimos años en Asia, África y la América del Sur, tienen que ver con el dominio de yacimientos de petróleo y gas, o de los flujos que ellos originan, así como también por el dominio de cuencas hidrográficas de agua potable, áreas de minerales críticos o alimentos de fuerte demanda mundial.[8]

A estos planteos, le agregamos como factor estratégico clave para la seguridad y el bienestar de la población la cuestión demográfica en América del Sur en general y en Argentina en particular.

En este contexto descripto, que indudablemente define los hipotéticos conflictos actuales y futuros, la recuperación del Estado y sus funciones indelegables en Seguridad y Bienestar general de la población son parte fundamental del interés nacional argentino.

B.- La segunda clase de desafíos son lo que surgen “ad intra” de la comunidad organizada y cuyas causas son de orden cultural, económico, social y también político.

Para mencionar los que consideramos más importantes señalamos: a) Perdida de sentido de la existencia, b) consumismo exacerbado, c) materialismo, d) egoísmo, e) pérdida de horizontes, f) exclusión social, g) fragmentación, h) disminución de la tasa de fecundidad, i) pérdida de identidad cultural. Aclaramos que si bien denominamos a esta clasificación como surgidas “ad intra” de la comunidad, esto no implica que estos males o problemas sociales no sean promocionados desde afuera.

Lo que sí es importante aclarar, es que todos estos factores conspiran contra la cohesión, la salud y el vigor de una comunidad organizada. Sin embargo, el análisis se centrará sobre la cuestión de la exclusión social, especialmente la cuestión social de la infancia.

3.- La exclusión social como problema:

Tal como fue señalado, la recuperación del Estado y sus funciones indelegables en Seguridad y Bienestar general de la población, son parte fundamental del interés nacional argentino.

La exclusión social entre otras graves consecuencias, significa que quienes se encuentran en dicha situación, deben soportar serios, y en muchos casos, insuperables obstáculos para el ejercicio de su libertad y de sus derechos, como así también implica un grave obstáculo para la formación del capital social. La exclusión social conspira en el logro de una comunidad organizada e integrada.

El término capital social hace referencia a las normas, instituciones y organizaciones que promueven la confianza, la ayuda recíproca y la cooperación. Va de suyo que en una sociedad en donde se va diluyendo la confianza, la ayuda recíproca y la cooperación, se genera fragmentación social, violencia, incertidumbre, conflictividad y anomia. Factores que si se cristalizan dificultan precisamente el desarrollo y generan una sociedad patológica.

Para medir el desarrollo de un pueblo se tienen en cuenta los siguientes parámetros: niveles de distribución del ingreso, la movilidad social, el desarrollo del capital humano y el capital social.
Por su parte, para medir el desarrollo del capital humano se ponderan los niveles de educación, capacitación, salud y experiencia de la población.

Estas variables, son muy importantes también para analizar el cumplimiento de los objetivos de la comunidad organizada.

 4.- La importancia estratégica de fortalecer el desarrollo del capital humano:

Sobre esta cuestión hay una máxima fundamental: Una sociedad sin capital humano no puede crecer, ni desarrollarse sostenidamente, ni alcanzar su bienestar. Es decir, no es posible la construcción de una comunidad realmente organizada, porque existiría una falla en la base de la misma.

Esta máxima se vuelve mucho más importante, si consideramos que nos encontramos frente a lo que se denomina la sociedad del conocimiento. El término proviene de las Ciencias Sociales y resalta la importancia que tiene el conocimiento como principio estructurador de la sociedad moderna y como forma específica de organización social, en donde la generación, procesamiento y transmisión de información y conocimiento se convierten en la fuente fundamental de la productividad y del saber.

Esto significa, que en una sociedad donde información y conocimiento se convierten en los factores productivos más importantes, se vuelve todavía más imperioso fortalecer el desarrollo del capital humano para lograr mayor inclusión social, movilidad social ascendente y distribución del ingreso. Todos factores fundamentales para la cohesión social y en consecuencia, para la defensa nacional.

Si se descuida el desarrollo del capital humano, como consecuencia del vertiginoso desarrollo de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TICs) es altamente probable que en el seno de la comunidad se produzca una profunda brecha digital entre quienes tienen acceso a estas tecnologías y quienes no, dando origen a una sociedad profundamente desigual y con altos niveles de exclusión social.

Se puede observar, a su vez, que el desarrollo de las tecnologías de la información y de la comunicación, llevan la tendencia a una des-estandarización de las relaciones laborales (es decir que las relaciones laborales se vuelven intermitentes), a un probable aumento de la productividad, pero simultáneamente un aumento del desempleo, de la fragilidad y de la fragmentación social. Estas consecuencias deben evitarse a toda costa, bajo pena de no poder concretarse los altos fines de la comunidad organizada.

En consecuencia, desde una perspectiva económica, y teniendo como meta política lograr cada vez mejores niveles de desarrollo como interés estratégico, es fundamental de cara al futuro salvaguardar el hombre en tanto integrante de una comunidad organizada. Este es el primer capital que hay que salvaguardar. Así se desprende claramente del más reciente documento del magisterio social de la Iglesia:

“La dignidad de la persona y las exigencias de la justicia requieren, sobre todo hoy, que las opciones económicas no hagan aumentar de manera excesiva y moralmente inaceptable las desigualdades y que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo, por parte de todos, o lo mantengan. Pensándolo bien, esto es también una exigencia de la “razón económica”. El aumento sistémico de las desigualdades entre grupos sociales dentro de un mismo país y entre las poblaciones de los diferentes países, es decir, el aumento masivo de la pobreza relativa, no sólo tiende a erosionar la cohesión social y, de este modo, poner en peligro la democracia, sino que tiene también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del “capital social”, es decir, del conjunto de relaciones de confianza, fiabilidad y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil.”[9].

5.- Conclusión:

El ideal politico del peronismo pasa por la construcción de una comunidad organizada. Esta noción es un legado de la cultura política y jurídica grecorromana quienes consideraban que la actividad política era la más alta y la más noble de las actividades humanas a tal punto que los ponía en contacto con el mundo de los dioses.

Para la construcción de la comunidad organizada y su eventual defensa, es esencial que se consolide y fortalezca la política de seguridad social que es la encargada de lograr una sociedad cada vez más integrada, cohesionada que ponga en el centro el desarrollo humano, especialmente del capital social.

El desarrollo del capital social es el objetivo que logrará, en un mundo cada vez más complejo, dominado por los avances tecnológicos, que se construya una sociedad cada vez más inclusiva, en donde sea una realidad efectiva la ampliación de derechos y en donde impere definitivamente la justicia social.





[1] Teniente General Juan Domingo Perón, La Comunidad Organizada, Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, Buenos Aires, 1974, Editorial Códex, pág. 25.
[2] R. H. Barrow, Los Romanos, Fondo de Cultura Económica, México, 2008, pág. 15.
[3] Juan XXIII, Mater et Magistra, n° 219.
[4] Teniente General Juan Domingo Perón, La Comunidad Organizada, Secretaría Política de la Presidencia de la Nación, Buenos Aires, 1974, Editorial Códex, pág. 75
[5] Graciela Maturo, Marechal, El Camino De La Belleza, Editorial Biblos, Buenos Aires, 1999, pág. 268 y sig.
[6] Andrés, Alfredo. Palabras con Marechal, Editorial Ceyne SRL,  Buenos Aires, 1990, pág 49.
[7] Cicerón, De re pública, libro VI, Editorial Gredos, Madrid, 2000.
[8] Koutoudjian, Adolfo. Lineamientos Estratégicos Para La Argentina, Ciclo de Conferencias: Argentina y Sus Desafíos Estratégicos, IEERI, Congreso de la Nación, Círculo de Legisladores, Buenos Aires, 2007.
[9] Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas In Veritate, punto 32, Editorial Ágape, Buenos Aires, 2009.

martes, 3 de septiembre de 2013

LA INCLUSION DIGITAL. LA NUEVA FORMA DE LUCHA CONTRA LA DESIGUALDAD



1.- Las Tecnologías de la Información y la Comunicación, y la brecha digital:

Nos encontramos inmersos en una época de profundos cambios y de un acelerado desarrollo tecnológico en donde predominan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En las últimas décadas, estas tecnologías han experimentado un desarrollo vertiginoso, han modificado sustancialmente las relaciones sociales en todos los aspectos y se han constituido en el eje ordenador de las sociedades. Esto implica un cambio profundo, pues se está pasando a un nuevo modelo social.

En este contexto, estar integrado a una comunidad organizada, que es a lo que aspira el peronismo, implica que se haga realidad el derecho al acceso y dominio de estas nuevas tecnologías para todas las personas. Hoy en día, este derecho ha cobrado una relevancia sustancial, a tal punto, que es considerado un derecho humano de primer orden por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas.

A diario escuchamos que se dice que vivimos en un mundo profundamente interconectado, que constantemente se reduce la distancia entre las personas y los países en la medida que el uso de la tecnología digital une a todoas las naciones en una gigantesca red de interdependencia global. Indudablemente se ha roto la ley sociológica de la proxémica, que implicaba que las personas se relacionen e involucren exclusivamente con quienes estaban próximos en el lugar o en el tiempo.

Sin embargo, en términos del desarrollo humano, se verifica una profundización en la distancia entre los países y lo que es más grave aún, en el seno mismo de los países. En efecto, continúan existiendo profundas y crecientes desigualdades en el ingreso y en las oportunidades de vida que en algunos casos llega a niveles escandalosos.


En este contexto, la brecha digital, forma parte de las múltiples brechas existentes en el mundo contemporáneo, como son: la brecha social, la brecha generacional, brecha económica, brecha cultural, entre otras. En América Latina, la brecha digital, constituye un desafío a superar para que la totalidad de la población de esta región acceda a la utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), que están revolucionando el mundo de las comunicaciones y las técnicas de producción.

La brecha digital es un desafío que debe ser superado, para que no se cristalice en forma definitiva una comunidad fragmentada y profundamente desigual.

2.- El acceso a las tecnologías de la información y comunicación como un derecho humano:

El acceso a las tecnologías de la información y la comunicación se viene consolidando en cuanto a su importancia como un derecho humano. Ello es así, debido a que el desarrollo de internet, de la web y de los diversos medios tecnológicos digitales adquieren un vuelo de tal magnitud que no pueden imaginarse fuera de la tutela jurídica.


Este derecho obliga por un lado a los Estados a abstenerse de realizar ciertas conductas que restrinjan este derecho (como censurar, filtrar, limitar, etc.), y por otro a cumplir con  ciertas prestaciones (asegurar el pleno acceso, generar redes, garantizar terminales, etc.) comprometiendo además a toda la sociedad civil en su concreción.


En este punto, es importante aclarar unos términos, con el objeto de que se comprenda en profunidad el alcance de este derecho.


El concepto técnico de internet comprende ciertos dispositivos interconectados donde a uno de los extremos se accede por medio de ordenadores, tabletas digitales, celulares inteligentes, pantallas de TV digital, etc., donde además en su interior existen routers, backbones y sistemas.


El concepto de red o web, por su parte, es una red lógica, que por medio de internet conecta información y documentos mediante disposiciones denominadas "URL".



Por ello, cuando se habla de acceso a las tecnologías de la información, debe garantizarse que el ciudadano pueda tomar conocimiento e interactuar con todo lo que está allí y con lo que permite la tecnología, y no solamente conocer el contenido de las páginas web.


La concreción de este derecho es de singular importancia, puesto que vehiculiza el ejercicio de otros derechos no menos trascendentes como por ejemplo, el derecho a la educación, a la cultura, a la participación política, al trabajo, al entretenimiento, etc..


No caben dudas, pues así está sucediendo en este momento, que el desarrollo de las tecnologías de la información, va a provocar no pocos cambios en el mundo del trabajo y de las relaciones sociales. A tal punto es así, que quienes no tengan acceso a la mismas, tienen un alto riesgo de quedar excluidos socialmente.



3.- La escuela como ámbito privilegiado para democratizar el acceso al conocimiento:

En este orden de ideas para concretar este derecho humano, y para evitar que se cristalicen en la sociedad fuertes desigualdades, la escuela es el medio privilegiado para democratizar el acceso al conocimiento y lograr el objetivo de la inclusión digital. La inclusión digital en la época contemporánea, es sustancial para el logro de una comunidad organizada y una nación integrada.


Esta situación le otorga al Estado una nueva responsabilidad, la de preparar al sistema educativo para que forme a sus estudiantes en la utilización comprensiva y crítica de las nuevas tecnologías.

Educación con TIC no es solamente el uso instrumental de las nuevas tecnologías o la entrega de computadoras. Implica también el aprendizaje de competencias de gestión de información, comunicación, intercambio con otros en un mundo global, capacidad de innovación, y actualización permanente.

Estos objetivos exceden aunque incluyen las habilidades informáticas. Deben incluir, por lo tanto, un conjunto de propuestas didácticas que apunten  formar a los estudiantes para un escenario en el que existe cada vez mayor información disponible. 

En pos del cumplimiento de estos objetivos, el Estado desarrolló el plan Conectar Igualdad, mediante el cual se entregan gratuitamente computadoras a todos los estudiantes de escuelas públicas de nivel secundario con pisos tecnológicos de última generación. De esa manera se le otorgan las herramientas digitales y los programas para el aprendizaje en el uso de estas tecnologías.

Se trata, sin duda, de un ambicioso plan, que tiene como objetivo posibilitar el acceso de todos los alumnos a las tecnologías de la información y reducir la brecha digital y, en consecuencia, la desigualdad.

4.- El Plan Nacional de Telecomunicaciones “Argentina Conectada”:

Ahora bien, el esfuerzo no puede reducirse exclusivamente a la escuela, sino que es necesario simultáneamente que se desarrolle una estrategia nacional de conectividad para garantizar plenamente el derecho al acceso a las tecnologías de la información y para garantizar la inclusión digital.

En ese sentido, el Plan Nacional de Telecomunicaciones "Argentina Conectada", es una estrategia integral de conectividad diseñada para llevar mejores condiciones en la comunicación diaria de todos los habitantes del país, toda vez que el acceso a la información y  a la comunicación son claves para el desarrollo nacional y en consecuencia, para el logro de la comunidad organizada. 

El Plan Argentina Conectada, anunciado en octubre de 2010 por el Gobierno Nacional, busca democratizar el acceso a las nuevas tecnologías y lograr de ese modo una mayor integración del territorio nacional. 

La empresa estatal AR-SAT tiene a su cargo la expansión de la red de fibra óptica, y luego se constituirá en proveedora mayorista de banda ancha, una vez lista la infraestructura necesaria. El despliegue de la red de fibra contempla tres niveles complementarios: la red troncal, las redes provinciales y la última milla.

A casi cinco años de su lanzamiento, el Gobierno ya construyó 30.000 kilómetros de fibra óptica en todo el país y permitió alcanzar más de 1800 localidades, de las cuales 1460 ni siquiera contaban con servicio de telefonía básica. 

Dicho plan es una política de Estado cuyo objetivo principal es generar una plataforma digital de infraestructura y servicios para el sector gubernamental y la vinculación ciudadana.

Sus ejes de acción son:

·         Infraestructura y equipamiento para la conectividad: configuración de una red de fibra óptica segura, estratégica y soberana, comenzando por las zonas sin infraestructura y federalizando calidad, precios y contenidos. 

·         Servicios gubernamentales y contenidos culturales: tecnología para una mejor gestión y calidad en las comunicaciones entre las distintas áreas de gobierno. 
  
·          Inclusión digital: implementación de espacios para el acceso a las nuevas tecnologías que permitan desarrollar habilidades y herramientas que faciliten el desarrollo de las comunidades.      




La empresa ARSAT S.A., de capitales estatales, tiene como función implementar los proyectos en sus distintas etapas de forma inclusiva y federal en función de los requerimientos del sector público (cooperativas y operadores locales, PYMES), los movimientos sociales y culturales y el sector productivo, científico y tecnológico. 

5.- Los Núcleos de Acceso al Conocimiento (NAC):

Dentro del contexto de inclusión digital, eje estratégico sobre el cual se basa el Plan de Telecomunicaciones "Argentina Conectada", se hallan los Núcleos de Acceso al Conocimiento (NAC). 

Los mismos se constituyen en espacios diseñados para el aprendizaje, la información, la comunicación y el esparcimiento de ciudadanos que se ven imposibilitados de acceder a las nuevas tecnologías ya sea por cuestiones socio económicas o bien por distancias geográficas. 

Los NAC poseen salas de WiFi para conectarse con computadoras personales y dispositivos móviles; sala de capacitación para el dictado de cursos y talleres; microcine para la Televisión Digital Abierta (TDA) y sala de juego de última generación para que los más jóvenes puedan explorar el acceso a las tecnologías mediante herramientas lúdicas y de esparcimiento.

En la actualidad, existen 205  Núcleos de Acceso al Conocimiento instalados y en pleno funcionamiento; a lo largo y a lo ancho de todo el país.

El objetivo de esta etapa  es la instalación de 250 NAC en distintos puntos del país, ello logrará que el país avance en forma decidida y sin pausa hacia la inclusión digital. 


6.- Conclusión:

El logro de una sociedad más igualitaria e inclusiva en donde impere en forma definitiva la justicia social, es uno de los objetivos más importantes del Estado.


Por consiguiente, son múltiples los planes encarados para avanzar en pos de la inclusión social: Plan de Inclusión Previsional, Asignación Universal Por Hijo y por Embarazo, entre otros.

Pero además de luchar contra la exclusión social, también se han implementado importante y efectivos planes para luchar a favor de la inclusión digital, como son el Plan Conectar Igualdad, y el Plan Argentina Conectada y sus recientes logros los 205 Núcleos de Acceso al Conocimiento, herramientas concretas y de notable eficacia para reducir la brecha digital y lograr la ansiada comunidad organizada.


De esta forma, se implementa una política de inclusión digital que es fundamental para lograr una sociedad más igual, más integrada y donde impere la justicia social en el futuro próximo.