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lunes, 18 de marzo de 2024

La “Revolución de la Ternura” según el Papa Francisco. Una breve síntesis.

 

                                                                


En el discurso del Papa Francisco, existe una idea que vale la pena resaltar. Es la denominada "Revolución de la Ternura". En este posteo he seleccionado una serie de párrafos y de frases del Papa Francisco donde se refiere precisamente a esta idea. 

1.- La esperanza cristiana: En primer lugar el Papa señala la importancia de la esperanza cristiana como una virtud infundida por el Espíritu Santo que nos permite ver el mañana. Cuando esa esperanza es compartida por un "nosotros", es decir por una comunidad, se transforma en una revolución. "Para nosotros, los cristianos, el futuro tiene un nombre y este nombre es esperanza. Tener esperanza no significa ser optimistas ingenuos que ignoran el drama del mal de la humanidad. La esperanza es la virtud de un corazón que no se cierra en la oscuridad, no se detiene en el pasado, no se mantiene a flote en el presente, sino que sabe ver el mañana. La esperanza es la puerta abierta hacia el porvenir. La esperanza es una semilla de vida humilde y escondida pero que se transforma con el tiempo en un gran árbol. Es como una levadura invisible, que hace subir toda la masa, que da sabor a toda la vida. Y puede hacer mucho, porque basta una pequeña luz que se alimente de la esperanza, y la oscuridad ya no será completa. Basta un hombre solo, para que haya esperanza, y ese hombre puedes ser tú. Después hay otro “tú” y otro “tú”, y entonces nos convertimos en “nosotros”. Y cuando existe el “nosotros”, ¿comienza la esperanza? No. Esa empezaba con el “tú”. Cuando existe el nosotros, comienza una revolución."

2.- La ternura cristiana: En segundo lugar, Francisco nos define la noción de ternura para los cristianos. La ternura como amor cercano y concreto que moviliza nuestro corazón hacia el prójimo que sufre y hacia la tierra que está enferma. La ternura es, según el Papa una señal de fortaleza, de solidaridad y de humildad: "¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para escuchar al otro, para oír el grito de los pequeños, de los pobres, de los que temen el futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma. La ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para acariciar al otro. Para cuidarlo. La ternura es el lenguaje de los más pequeños, del que necesita al otro: un niño se encariña y conoce a su padre y a su madre por las caricias, por la mirada, por la voz, por la ternura. Me gusta escuchar cuando el padre o la madre hablan a su niño pequeño, cuando ellos también se vuelven niños, hablando como habla él, el pequeño. Esta es la ternura, abajarse al nivel del otro. También Dios se abajó en Jesús para ponerse a nuestro nivel. Este es el camino seguido por el Buen Samaritano. Este es el camino seguido por Jesús, que se abajó, que atravesó toda la vida del ser humano con el lenguaje concreto del amor. Sí, la ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la solidaridad, el camino de la humildad."

3.- Conclusión: Por último, el Papa nos llama a todos los cristianos y a los hombres de buena voluntad a comprometernos para transformar la realidad. Una realidad con que no puede quedar solamente en manos de políticos y grandes líderes empresarios.  "El futuro de la humanidad no está solamente en manos de los políticos, de los grandes líderes, de las grandes empresas. Sí, su responsabilidad es enorme. Pero el futuro está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro como un “tú” y a ellos mismos como parte de un “nosotros”.".

     Por lo tanto, la esperanza cristiana con su capacidad para ver la obra de Dios en el mundo, pese a la aparente obscuridad que pueda prevalecer circunstancialmente. La ternura como amor cercano y concreto que mueve nuestro corazón hacia las necesidades de nuestro prójimo y de la tierra que gime por el maltrato que recibe. Y, finalmente, con el valiente compromiso para cambiar una realidad que es responsabilidad de todos, es que los cristianos podemos transformar el mundo para construir el reino de Dios en la tierra.