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lunes, 18 de marzo de 2024

La "Esperanza cristiana" y “Revolución de la Ternura” frente al mal según Francisco. Un breve homenaje.

 

                                                          


     

A modo de sencillo homenaje al papa Francisco, quiero señalar tres ideas fuerza que están presentes en el discurso del Papa Francisco y que me parece que vale la pena resaltar. Una es la importancia de la "esperanza cristiana" frente al mal en el mundo, la segunda es la denominada "Revolución de la Ternura" y la tercera, que se deriva de estas dos, es el llamado a los cristianos a transformar el mundo. En este posteo he seleccionado una serie de párrafos y de frases del Papa Francisco donde se refiere precisamente a estas dos ideas que expresa en un video mensaje destinado a la TED de Vancouver de 2017. 

1.- La esperanza cristiana: 

Francisco señala que muchas personas hoy en día, por diversas razones, parece que no creen posible un futuro feliz y que dichos temores deben ser tomados en serio. Sin embargo, agrega, dichos temores no son invencibles, sino que pueden ser superados si no nos encerramos en nosotros mismos. Porque la felicidad sólo se experimenta como un don de la armonía de cada detalle con el todo. Las mismas ciencias nos indican hoy una comprensión de la realidad, donde todo existe en relación, en interacción constante con todo lo demás.

Pero esto no alcanza, por eso se pregunta: ¿Qué hacer, con el mal que respiramos?  y responde: que gracias a Dios, ningún sistema puede cancelar la apertura hacia el bien, la compasión, la capacidad de reaccionar ante el mal que surgen del corazón del ser humano. Y si bien, se puede argumentar con razón que no todos somos  "ni el Buen Samaritano del relato evangélico, ni tampoco la Madre Teresa de Calcuta”, de todas formas si podemos afirmar con certeza que cada uno de nosotros es inapreciable; que cada uno de nosotros es irreemplazable ante los ojos de Dios. Y en función de ello añade algo muy importante: que en la noche de los conflictos que estamos atravesando, cada uno de nosotros puede ser una vela encendida que recuerda que la luz prevalece sobre la oscuridad, no al contrario.

Ahí es donde Francisco señala la importancia de la esperanza cristiana como una virtud infundida por el Espíritu Santo que nos permite ver el mañana. Cuando esa esperanza es compartida por un "nosotros", es decir por una comunidad, se transforma en una revolución. "Para nosotros, los cristianos, el futuro tiene un nombre y este nombre es esperanza. Tener esperanza no significa ser optimistas ingenuos que ignoran el drama del mal de la humanidad. La esperanza es la virtud de un corazón que no se cierra en la oscuridad, no se detiene en el pasado, no se mantiene a flote en el presente, sino que sabe ver el mañana. La esperanza es la puerta abierta hacia el porvenir. La esperanza es una semilla de vida humilde y escondida pero que se transforma con el tiempo en un gran árbol. Es como una levadura invisible, que hace subir toda la masa, que da sabor a toda la vida. Y puede hacer mucho, porque basta una pequeña luz que se alimente de la esperanza, y la oscuridad ya no será completa. Basta un hombre solo, para que haya esperanza, y ese hombre puedes ser tú. Después hay otro “tú” y otro “tú”, y entonces nos convertimos en “nosotros”. Y cuando existe el “nosotros”, ¿comienza la esperanza? No. Esa empezaba con el “tú”. Cuando existe el nosotros, comienza una revolución."

2.- La ternura cristiana: La segunda idea que quisiera resaltar es como Francisco nos define la noción de ternura para los cristianos. La ternura como amor cercano y concreto que moviliza nuestro corazón hacia el prójimo que sufre y hacia la tierra que está enferma. Así pues, la ternura es, según el Papa una señal de fortaleza, de solidaridad y de humildad: "¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace cercano y concreto. Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos. La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar los oídos para escuchar al otro, para oír el grito de los pequeños, de los pobres, de los que temen el futuro; escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, la tierra contaminada y enferma. La ternura consiste en utilizar las manos y el corazón para acariciar al otro. Para cuidarlo. La ternura es el lenguaje de los más pequeños, del que necesita al otro: un niño se encariña y conoce a su padre y a su madre por las caricias, por la mirada, por la voz, por la ternura. Me gusta escuchar cuando el padre o la madre hablan a su niño pequeño, cuando ellos también se vuelven niños, hablando como habla él, el pequeño. Esta es la ternura, abajarse al nivel del otro. También Dios se abajó en Jesús para ponerse a nuestro nivel. Este es el camino seguido por el Buen Samaritano. Este es el camino seguido por Jesús, que se abajó, que atravesó toda la vida del ser humano con el lenguaje concreto del amor. Sí, la ternura es el camino que han recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes. La ternura no es debilidad, es fortaleza. Es el camino de la solidaridad, el camino de la humildad."

3.- Conclusión: Por último, el Papa nos llama a todos los cristianos y a los hombres de buena voluntad a comprometernos para transformar la realidad. Una realidad con que no puede quedar solamente en manos de políticos y grandes líderes empresarios.  "El futuro de la humanidad no está solamente en manos de los políticos, de los grandes líderes, de las grandes empresas. Sí, su responsabilidad es enorme. Pero el futuro está, sobre todo, en manos de las personas que reconocen al otro como un “tú” y a ellos mismos como parte de un “nosotros”.".

 Por lo tanto, debemos cultivar la esperanza cristiana con su capacidad para ver la obra de Dios en el mundo, pese a la aparente obscuridad que pueda prevalecer circunstancialmente. Debemos cultivas la ternura como amor cercano y concreto que mueve nuestro corazón hacia las necesidades de nuestro prójimo y de la tierra que gime por el maltrato que recibe. Y, finalmente, debemos orientarnos con el valiente compromiso para cambiar una realidad que es responsabilidad de todos, porque los cristianos podemos y debemos transformar el mundo para construir el reino de Dios en la tierra.