INVERSION SOCIAL EN DESARROLLO HUMANO (PUBLICADO EN EL SEMANARIO DIGITAL "LO SOCIAL" EL 30 DE ABRIL DE 2015.
1.- Distinción entre
crecimiento y desarrollo:
La cuestión que
trata el presente artículo adquiere hoy en día una dramática relevancia.
En efecto, mientras
en los últimos 12 años, el gobierno apostó fuertemente a las políticas de
desarrollo humano e inclusión social, hoy vemos como el establishment económico
de nuestro país, con la mentalidad corto plazista que los caracteriza, ve como
una amenaza para el futuro económico, el déficit fiscal y el incremento del
gasto público[1].
Tal como surge del
presupuesto nacional 2015 que alcanza la suma de $ 1.251.630,2 millones, el 58,7%
está destinado a servicios sociales, dentro de los cuales la mayor parte es
seguridad social que comprende el 41% del total del gasto.
Desde nuestra
concepción, este gasto, es inversión social, que permitirá un mayor desarrollo,
innovación y productividad. Pero lo más importante es que dicho desarrollo
redundará en una mejor distribución de la riqueza material, tecnológica, cultural
y espiritual de nuestros compatriotas.
Entonces, vemos que
existe una discusión sobre el proyecto de país que queremos para el futuro, en
donde lamentablemente, los grandes empresarios y gran parte de la oposición, se
ubican en un lugar corto plazista que es contrario a los objetivos estratégicos
del país en materia de desarrollo.
Dentro del marco
señalado, es bueno recordar que para evaluar el desempeño de una política
económica, además de medir el índice de crecimiento del PBI y el equilibrio
fiscal, es importante medir y ponderar como se realiza la distribución del
ingreso.
Existe una estrecha
relación entre la distribución del ingreso y variables que son determinantes
para medir el desarrollo de un país. En ese sentido, es fundamental analizar el
grado de movilidad social ascendente por un lado y la exclusión social por el
otro.
La exclusión social
implica que quienes se encuentran en dicha situación, deben soportar serios, y
en muchos casos, insuperables obstáculos para el ejercicio de su libertad y de
sus derechos, como así también implica un grave obstáculo para la formación del
capital social.
El término capital
social hace referencia a las normas, instituciones y organizaciones que
promueven: la confianza, la ayuda recíproca y la cooperación. Va de suyo que
una sociedad en donde se va diluyendo la confianza, la ayuda recíproca y la
cooperación, va generando fragmentación social, violencia, incertidumbre, conflictividad
y anomia. Factores que si se cristalizan, dificultan precisamente el desarrollo
y causan una sociedad patológica.
Para medir el
desarrollo de un pueblo se tienen en cuenta los niveles de distribución del
ingreso, la movilidad social, el desarrollo del capital humano y el capital
social.
Por su parte, para
medir el desarrollo del capital humano se ponderan los niveles de educación,
capacitación, salud y experiencia de la población.
Estas definiciones y
distinciones son esenciales, porque en un proyecto nacional y popular, debe
privilegiarse siempre el desarrollo, porque es a partir de ahí donde se va a
lograr una comunidad organizada e integrada en base a un modelo social
solidario en donde impere el estado de justicia social.
2.- La importancia
estratégica de fortalecer el desarrollo del capital humano:
En este campo, existe una máxima rectora de las políticas públicas que se
implementan en torno al desarrollo social: “Una
sociedad sin capital humano no puede crecer, ni desarrollarse sostenidamente.”
En la actualidad, estamos frente a un mundo cada vez más
riesgoso e incierto y esto nos exige opciones estratégicas para garantizar el
desarrollo humano de las futuras generaciones.
La evolución
demográfica, el desarrollo tecnológico y la globalización acelerada causan una
intensa dinámica de cambios y ofrecen nuevas oportunidades para el desarrollo.
También existen
problemas que no se pueden desconocer. Por ejemplo, el envejecimiento
poblacional afecta la productividad de las naciones e implican nuevas demandas
para los sistemas de seguridad social, de salud y de educación. Los cambios de
matriz productiva han generado fuertes relocalizaciones industriales y
desplazamientos de los nichos económicos a nivel mundial.
En ese contexto, las
brechas digitales y cognitivas entre países –y dentro de ellos- son un desafío
a la igualdad, a la justicia social y también al desarrollo.
En una sociedad
donde información y conocimiento se convierten en los factores productivos más
importantes, el activo más importante de un país es su capital humano.
Fortalecer su desarrollo es clave para lograr mayor inclusión social, movilidad
social ascendente y distribución del ingreso.
En consecuencia, para
lograr cada vez mejores niveles de desarrollo humano, es fundamental salvaguardar
el hombre en tanto integrante de una comunidad organizada. Es decir, que se
debe asegurar el derecho al trabajo digno a todos. Este es el primer capital que hay que tutelar
y no el equilibrio fiscal como proponen los economistas de las usinas neoliberales.
3.- El rol de
familia en cuanto organización económica y la importancia de políticas de
protección social:
En relación al
desarrollo del capital humano ocupa un lugar destacado el rol de la familia. La
familia, en cuanto organización económica, está recibiendo una atención
creciente por su influencia sobre tres factores estratégicos: a) la demografía
(clave para el desarrollo sobre todo en Argentina), b) la acumulación de
capital de humano y c) la formación de identidad económica de los individuos.
La identidad está dada por creencias
compartidas o esquemas cognitivos incorporados a través de procesos de
socialización y aprendizaje en organizaciones como la familia y la escuela[2]. Aquí ya se puede observar la
singular importancia que adquiere para el desarrollo del capital humano el
binomio familia-escuela.
Por consiguiente, desde esta perspectiva, es
fundamental fortalecer a las familias y brindarles una eficaz protección
social, pues son el primer agente de socialización, de formación de virtudes y
de transmisión de cultura de los futuros miembros activos de la comunidad
organizada. El desarrollo del capital humano es clave para conseguir el
objetivo de un desarrollo humano y económico sostenido.
En este contexto, hay que mencionar
que una media de seguridad social fundamental ha sido la Asignación Universal
por Hijo (AUH), la cual incorporó según indican Rofman y Olivieri (2011) cerca
de 1,8 millones de hogares y 3,5 millones de niños.[3]
Según estos autores, entre la ampliación de la
cobertura previsional a través del plan de inclusión previsional y la AUH
mejoraron el índice Gini (índice que mide la igualdad/desigualdad social) en
hasta 5,5 puntos, pero la estrella es la AUH que por sí sola explica 2,5
puntos. Un verdadero hito en política de protección social, distribución del
ingreso y fortalecimiento de la familia.
Estas importantes y necesarias políticas de
protección social están integradas y coordinadas con las políticas
tradicionales en el campo de la educación y la salud. Asimismo, están complementadas
unas con otras. Un ejemplo de ello, es el plan Conectar Igualdad, que tiene
como objetivo fundamental reducir la brecha digital, mediante la entrega de
netbooks que incluyen un importante y moderno material educativo para todos los
alumnos de escuelas secundarias públicas y pisos tecnológicos y elementos
pedagógicos de última generación.
Finalmente, un aspecto novedoso y
que debe ser destacado con particular énfasis, es la sanción del decreto 84/2014 el 23 de enero de 2014, que crea el
plan PROGRESAR “PROGRAMA DE RESPALDO A ESTUDIANTES ARGENTINOS” cuyo objeto es
el de generar oportunidades de inclusión social y laboral a través de acciones
integradas que permitan capacitar a jóvenes entre 18 y 24 años de edad
inclusive con el objeto de finalizar la escolaridad obligatoria, iniciar o
facilitar la continuidad de una educación superior y realizar experiencias de
formación o prácticas calificantes en ambientes de trabajo.
Tal como se señala en los
considerandos del decreto “Que la mejor
política social de promoción e integración es el trabajo y una formación plena
de los jóvenes permitirá que los mismos sean los futuros protagonistas del
desarrollo en nuestro país.”
Con este nuevo programa se busca
resolver uno de los problemas sociales más graves en la actualidad que se
verifica entre los jóvenes vulnerables de dicha franja etaria. Este nuevo plan
debe contextualizarse dentro de la acertada implementación de la AUH, la mejora
del presupuesto educativo, la creación de escuelas y universidades, junto a las
políticas de generación de empleo, lo cual permite vislumbrar que el mismo
tendrá importantes efectos en el futuro próximo. Ahora en nuestro país existen
planes de protección social desde el inicio de la vida humana en el seno
materno hasta los 24 años inclusive, un sistema verdaderamente inédito y
asombroso.
Hasta ahora, como pesada herencia
de épocas anteriores, uno de cada cuatro jóvenes entre 18 y 25 años, tiene un
problema de exclusión social combinando su situación laboral y educativa.
Al igual que sucedió con la AUH,
considero que la implementación de una política nacional para solucionar la
problemática, permitirá que vayan surgiendo también planes complementarios y
políticas focalizadas destinadas a situaciones particulares como por ejemplo
los jóvenes que se encuentran en situación de riesgo frente a la amenaza de la
adicción de la droga, el alcoholismo, el narcotráfico y la delincuencia en
general.
Este plan se combina con el
acceso a la salud y a la educación lo cual permite realizar un primer análisis
positivo. Es necesario también que se complemente fuertemente con el
acceso al deporte, y a la actividad
solidaria de manera conjunta.
Un logro extraordinario que debe
consolidarse y acrecentarse.
4.- Conclusión:
Por lo tanto, es una
cuestión estratégica para el desarrollo sostenido la inversión y el desarrollo
del capital humano y social del país.
En ese orden de
ideas, la familia considerada en su función económica ocupa un lugar
fundamental. Las políticas de seguridad social deben estar destinadas a
proteger a las familias más vulnerables de tal modo de lograr cada vez una
mayor inclusión social.
Creo que nuestro
sistema de seguridad social, está orientado en la dirección correcta. Esto
significa que está orientado a lograr mayor inclusión social, redistribución de
los ingresos, desarrollo del capital humano y social, especialmente a través de
la AUH al fortalecimiento de la familia, factor clave para la Argentina que
viene.
Ahora bien, desde la perspectiva
estratégica, es fundamental seguir fortaleciendo el rol de la familia. La
familia es el primer agente de socialización, el ámbito natural donde se
transmiten las virtudes y los valores culturales de un pueblo. Sólo pensando
desde un punto de vista económico, este rol que cumple la familia es clave para
lograr una mayor productividad a lo largo y a lo ancho de la Nación.
En este sentido, se debe tener
especial consideración por el factor demográfico. Argentina es un país que debe
fortalecer sus políticas poblacionales, pues la densidad poblacional es aún muy
baja y eso puede afectar su desarrollo pleno en el futuro
[1]
Diario La Nación del 16 de abril de 2015, “Un debate sobre como ajustar la
economía incomodó a empresarios”.
[2] Fanelli, Jose María, La Argentina y
el Desarrollo Económico en el Siglo XXI, Siglo XXI editores, 1ra. Edición,
Buenos Aires, pág. 58 y siguientes.
[3] Fanelli, Jose María, La Argentina y
el Desarrollo Económico en el Siglo XXI, Siglo XXI editores, 1ra. Edición,
Buenos Aires, pág. 317 y siguientes.
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